Recuerda que esto es una sugerencia de registro, te animamos a que utilices la aplicación con otro ejercicio o visualización que te apetezca.
El daño acecha. LE acecha. Constantemente. El riesgo a ser tocado en exceso, a ser mirado por unas lentes demasiado agresivas, a ser invadido por hordas de cuerpos que hagan saltar las alarmas de distancia de las piezas, a ser robado.

Este daño que espera en cada esquina, es, además, contrarrestado por toda una serie de recursos, medidas, herramientas tecnológicas, PERSONAS que habitan este espacio orientadas a su cuidado. A su conservación. Como un ecosistema perfectamente regulado, o un sistema compuesto por organizar con uos que mantienen, protegen y ante todo sostienen un funcionamiento operativo y el museo se sostiene en esta crisis.

Recuerda que esto es una sugerencia de registro, te animamos a que utilices la aplicación con otro ejercicio o visualización que te apetezca.

La Radio del Museo Reina Sofía alberga una cantidad de piezas sonoras, entrevistas, poemas, música, audioguías y otros archivos por recorrer inmensa. En los últimos años, el museo ha tematizado y abierto las puertas al arte sonoro, con todas las complejidades de exposición y mediación que el sonido plantea. La investigadora Marina Hervás plantea en la siguiente cápsula de audio una reflexión sobre las tensiones que el sonido supone en los espacios expositivos.

Si, como plantea María Hervás, el sonido genera un espacio privado dentro de un espacio público, esto nos hace pensar en la diferencia de experiencias que hay entre escuchar alguna pieza sonora de la radio del museo en el espacio expositivo a escucharla en casa
¿necesita el sonido al museo?

¿qué sentimos al escuchar los llamados itinerarios sonoros del museo en casa?
Además, uno de los grandes problemas de conservación y permanencia de este tipo de archivos es que no sean legibles en el futuro. José Luis Espejo se plantea por los diferentes formatos sonoros y su materialidad dentro de la misma exposición sobre arte sonoro, Audiosfera.


Por otro lado, en los recorridos de los museos hay otro tipo de archivo digital fundamental que son las audioguías. Estos archivos nos ayudan a recorrer el espacio expositivo dándonos una explicación que acompaña la mirada, que marca el principio y el fin de la vista y que, en definitiva, establece un ritmo. Pero en muchos casos, el tiempo que tardamos en ver la obra es menor que el de escuchar la audioguía. Y acabamos divagando por el espacio escuchando esa voz ya alejada de esa pieza.

Isidoro Valcarcel Medina generó unas audioguías que se convierten en reflexiones y comentarios de unas piezas que ya no están. Esto genera que estas audioguías ya no sean útiles y, por lo tanto, como se describen en la web, se conviertan tan sólo en una lista de reproducción.

¿qué ocurre cuando los archivos de las audioguías se vuelcan en la web y se convierten, como ha ocurrido con esta pieza de Valcarcel Medina, en una lista de reproducción? ¿podríamos pensar que las audioguías reales estuviesen volcadas en la web de la radio y que pudiésemos escucharlas sin tener las piezas delante?
Recuerda tu sala favorita del museo. Grábate haciendo un recorrido de memoria de las piezas, lugares y otros elementos que desees evocar para que podamos seguir tu itinerario.


Sugerencias para registrar
el daño aquí y ahora:
Ve a la lupa de búsqueda de la Radio del Museo Reina Sofía y teclea la palabra daño. Escucha parte de la pieza que te aparecerá de Brandon Labelle The Voice Agent También te recomendamos que escuches la pieza de Jaume Ferrete, Tu padre está hablando con la voz de mi padre.


















Utiliza las herramientas de registro con las que cuenta tu ordenador para registrar el daño aquí y ahora.